“Trabajar para recuperar fábricas es un sueño”
Felipe Gerban, director de Fábricas Recuperadas de Rio Negro. El Gobierno de Río Negro creó la Dirección de Fábricas Recuperadas en el marcor de una nueva política de desarrollo social. A cargo del espacio, se nombró a Felipe Gerbán, referente de la primera empresa recuperada en la Patagonia y la cuarta en el país.
Entre oscuridad, muerte y endeudamiento, y desde las entrañas del propio aparato estatal, en marzo de 1976 el neoliberalismo comenzó su plan macabro de destrucción del Estado, la industria, las conquistas laborales y sociales. Veinticinco años después, el programa económico derrochaba fracasos con un 25 por ciento de desocupación, los derechos laborales diezmados, un récord de deuda externa y la industria nacional definitivamente destruida. Los años 2001 y 2002 terminaron con cientos de fábricas cerradas a causa de las quiebras fraudulentas por parte de empresarios y la complicidad estatal.
En febrero de 2001, el Frigorífico Fricader, de General Roca, dejaba sin trabajo a 28 empleados, deudas millonarias y la clara prueba de un fraude en el modo de presentar la quiebra. Su dueño, Guillermo García, era su propio proveedor de animales, se auto endeudó y terminó siendo su tercer acreedor. Desapareció y los trabajadores tomaron el predio, al principio para cuidarlo y a la espera que alguien compre la empresa, solucionando así su desocupación. Luego, el 21 de mayo de 2002, la toma se realizó con el fin de evitar el remate, formando la Cooperativa J.J. Gómez (en alusión al barrio roquense donde reside). El hilo común a la mayoría de las fábricas recuperadas es que jamás la prioridad es formar cooperativas entre trabajadores. En la ex Fricader, sólo esperaban cambiar de dueño y el tiempo, la necesidad y el abandono de la lucha, de la mitad de los damnificados, los llevaron a formar una cooperativa y construir en colectivo.
Felipe Gerbán era un faenador de 21 años, que luego se convirtió en referente y presidente de la cooperativa. Comenzaron la lucha por la recuperación, vendiendo sólo chacinados y cerámicos de la recuperada Zanón. Su caso fue uno de los primeros del país y sirvió de ejemplo para las empresas que vendrían luego. La posición que adoptaron fue de militancia y responsabilidad, asesorando desde la experiencia, para que las fábricas compañeras pudieran conformarse como cooperativas y sin asumir deudas anteriores.
Hoy, en la provincia existen diez fábricas recuperadas por los trabajadores cooperativistas. “Hace diez años que venimos ayudando a otras cooperativas, a otras fábricas recuperadas como es Los Manzanares, Primero de Mayo (el aserradero de la ex Zinelli); Simar, el aserradero de Godoy; la Marítima San José de San Antonio; la fábrica de lavandina 2x4 en Allen; Flavors en General Conesa; en Bariloche hay otras fábricas más, fábricas que queremos ayudar”, ennumera Felipe.
Sin fábricas cerradas
“Hace cuatro años, salió desde provincia el dinero que necesitábamos para inversiones. Aceptamos, pero con una condición estrictamente ideológica, pagar la deuda con trabajo. Fuimos los primeros y queríamos dar el ejemplo”, cuenta.
Los trabajadores de las fábricas recuperadas contribuyeron con su movilización, a la reforma de la Ley de Quiebras. Actualmente, si la empresa quiebra, los trabajadores tienen la prioridad para hacerse cargo de la misma. En Río Negro se conformó la primera Dirección de Fábricas Recuperadas del país. Para que el Estado acompañe y logre la estabilidad de las mismas.
“Capacitar y apoyar legalmente a empresas quebradas, poder expropiar, formar cooperativas y que los trabajadores se hagan cargo, que no haya fábricas cerradas en la provincia”, sostiene Gerbán. Cuando las empresas presentan quiebra, los obreros se encuentran con máquinas obsoletas, propio de gestiones de empresarios que buscan la mayor rentabilidad posible con poca o nula inversión. Para lograr la necesaria renovación tecnológica, desde la dirección se tramitarán subsidios, créditos blandos, financiamiento y facilidades para el acceso a la comercialización.
La conformación de cooperativas, como camino ideal para la organización horizontal de las empresas, se incentiva dentro de las tareas primordiales del nuevo espacio. El frigorífico J.J. López, se constituyó como cooperativa con reparto igualitario, en otro claro ejemplo que indica un camino a seguir.
“La Dirección de Empresas Recuperadas es una nueva etapa para desarrollar y acompañar a los trabajadores de las demás fábricas que tienen necesidades. Gracias a la experiencia que hemos obtenido podamos acompañarlos. Siempre nos ayudamos los unos a los otros, solamente faltaban las herramientas del Estado para acompañarnos. Hoy las tenemos y es un orgullo. Desde esta dirección vamos a trabajar para sostener todas las fábricas que están, que no están todas legalmente constituidas, que se termine con su Ley de Expropiación y que puedan ser en definitiva dueños .Se puede salir adelante, no nos tenemos que quedar de brazos cruzados”, concluye el nuevo director.
Fábricas vaciadas por un sistema excluyente, recuperadas por sus trabajadores organizados en cooperativas, solidarizándose con otros trabajadores, estudiantes, organizaciones sociales y pueblos originarios (muchos de ellos, partícipes de la inauguración del directorio). Un trabajador que faenaba ovejas, vacas y cerdos, hoy se encuentra ayudando y asesorando a pulmón en sus momentos libres a otras fábricas recuperadas. Lo ve como “un sueño”, poder dedicarse de lleno a la recuperación de los medios de producción a manos de los trabajadores. Da cuenta que mirando hacia el futuro, los obreros no están solos y las fábricas vacías tienen la posibilidad de reactivarse.
“La Dirección de Empresas Recuperadas es una nueva etapa para desarrollar y acompañar a los trabajadores de las demás fábricas que tienen necesidades. Siempre nos ayudamos los unos a los otros, solamente faltaban las herramientas del Estado para acompañarnos. Hoy las tenemos y es un orgullo.”