Prosumidores harineros
Asociación Trigo Limpio
Con el objetivo de poner en ejercicio los postulados de la economía social, promover la soberanía alimentaria y fortalecer la economía regional mediante la producción de cereales sin uso de agroquímicos, un grupo de familias se agrupó y conformó la asociación Trigo Limpio. Vecinas y vecinos de Mallín Ahogado, El Bolsón, Lago Puelo y El Hoyo decidieron dejar de lado la pasividad de los consumidores y transformarse en prosumidores activos. Las dos primeras metas que se propusieron fueron acopiar trigo y llevar adelante la molienda, dejando para un futuro cercano la producción del cereal.
A poco de andar ya adquirieron el silo, el molino y el chimango, herramienta que sirve para hacer ingresar el grano al silo. En realidad fueron dos los silos que trajeron, con capacidad para dieciséis toneladas cada uno, porque el costo del flete era el mismo y uno de los integrantes del grupo adelantó el capital para que ello fuera posible. El primero ya está armado y colocado en la chacra de uno de los vecinos. Si bien la intención original había sido montarlo en una escuela, la burocracia hizo que, por ahora, esto no fuera posible.
Para dar los primeros pasos, cada una de las familias integrantes se comprometió a abonar, por única vez, ocho cuotas de 250 pesos. “Así nos hicimos del capital y garantizamos 400 kilogramos de harina por familia”, cuenta Daniel Batista. Se pusieron como meta contar con 200 kilogramos de harina por año y tener siempre el acopio para el año siguiente, una manera de asegurarse el cereal ante cualquier contingencia. “Por lo tanto, el año que viene sólo invertiremos en los 200 kilos”. Según los cálculos realizados, cada familia abonará la mitad del precio de mercado por una harina integral y orgánica. No sólo eso, el objetivo es acopiar trigo de productores locales o de zonas aledañas. Sólo si no alcanzara con esto, se compraría cereal a productores de Buenos Aires. De esta manera, se promueve la producción local y se evita la generación de más contaminación por el transporte hasta aquí.
El molino de piedra fue adquirido a Simón Van Den Heede, constructor que vive en el Paraje Las Golondrinas. Por ahora, está colocado en El Hoyo aunque la idea es buscarle un lugar al lado del silo. “Una vez por semana, irán tres o cuatro compañeros a hacer la harina –dice Batista-. Lo que nos ahorramos en el costo, lo ponemos en trabajo”.
Todavía hay un silo por colocar y el que está montado tiene capacidad para el doble de lo que necesitan las familias fundadoras de Trigo Limpio. Por lo tanto, existe la posibilidad de sumarse y contagiar a otras y otros para que esta idea pueda replicarse. Cabe recordar, que nada de esto es nuevo en la región, queda en la memoria de los pobladores, un valle productor de trigo y los molinos que abastecían de harina el consumo local. La introducción del documento que dio origen a Trigo Limpio dice “la región de la Comarca fue alguna vez una zona cerealera, donde la gente se autoabastecía su propio consumo de grano.
La política llevada adelante durante la dictadura que favoreció a las grandes empresas de la agroindustria y la industrialización de la harina, hizo que los pequeños molinos y agricultores de cereal tuvieran que cerrar.” Esta iniciativa, como tantas otras que surgen desde la libre asociación de vecinas y vecinos, son una muestra más que no nos han vencido.
Nuestra localidad se encuentra inmersa en un proceso de planificación estratégica largamente demandado y esperado por la ciudadanía. Es importante que comiencen a verificarse las obras estructurales que puedan garantizar la sustentabilidad de una proyección de ordenamiento y crecimiento urbano.